La reconstrucción del Pacto Educativo Global y la Orden Escolapia: una conversación con el padre Pedro Aguado Cuesta, Superior General de los Escolapios

Fecha: 26 febrero 2021 Por:Edmundo Gómez Martínez


El pasado mes de enero tuvimos la oportunidad de conversar en la Universidad Cristóbal Colón con el padre Pedro Aguado Cuesta, Superior General de los Escolapios, en el marco de la visita canónica  que realizó a la Casa General de Veracruz. En esa oportunidad  nos referimos con él a un tema de medular interés, por más de una causa y que nos atañe a todos: el Pacto Educativo Global propuesto por el papa Francisco y el modo en que la Orden Escolapia lo ha asumido desde sus orígenes.

El 15 de octubre de 2020, el papa Francisco relanzó este pacto, bajo la consideración de que educar es un acto de esperanza,  al tiempo de señalar “Creemos que la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación”. El Papa identificó así, junto con otros ponentes del Pacto Mundial sobre la Educación, las amenazas que cercan a la educación y qué camino debemos seguir los diferentes componentes de la sociedad para evitar la catástrofe educativa.

De inicio, nos causa inquietud el término acuñado por el papa Francisco para referirse a este pacto, en términos de una Reconstrucción del Pacto Educativo Global. Fue con esta interrogante que iniciamos la conversación con el Padre Pedro Aguado:

¿Por qué motivo se habla de la necesidad de una reconstrucción?

“Me alegro que lo preguntes, porque el papa Francisco insiste mucho en el verbo reconstruir, el objetivo no solo es el pacto sino el reconstruir el Pacto Educativo Global. Esto quiere decir que el pacto está débil, roto, y el papa ha informado qué fracturas son. Él dice que hay tres facturas, una es entre la persona y Dios, la capacidad que tenemos de vivir desde una fe. Una segunda fractura es entre la persona y el que es diferente a nosotros, esa dificultad que tenemos en tantos lugares en trabajar o acoger al diferente, Y la tercera fractura es entre la persona y la naturaleza, todo lo que tiene que ver con la ecología y el cuidado del planeta. El papa Francisco piensa que estas fracturas quiebran la dinámica educativa y hay que reconstruirlas, por lo que propone un Pacto Educativo Global, en el que todas las personas que creemos en la educación  trabajemos en esa dirección para reconstruir lo que se ha debilitado. Me parece muy inteligente lo que se plantea y muy apasionante.”

Una cuestión que se nos viene a la mente es cómo convertir este Pacto Educativo Global en algo tangible, concreto y palpable, una vez comprendidos sus objetivos.

“La respuesta sería muy larga y la pregunta que haces es muy concreta, pero muy fuerte , muy profunda, me gustaría responder con un ejemplo. Una de las claves para la reconstrucción del Pacto Educativo Global es la educación en lo que llamaríamos la ciudadanía global que todos los alumnos y alumnas crezcan en su sentimiento de pertenencia a un mundo que hay que transformar, que crezcan como personas que entienden lo que es un compromiso por un cambio social. Esto en concreto tiene que formar parte de los proyectos educativos de las escuelas,  en las nuestras lo es, pero tendría que serlo con  mucha fuerza, necesitamos que en el proyecto educativo de esta universidad, en el proyecto educativo de todo el Centro de Estudios Cristóbal Colón, de todas las escuela escolapias y de todas las instituciones educativas esté el punto. Queremos formar ciudadanos comprometidos con un cambio del mundo en línea de justicia y solidaridad, esto es muy concreto tiene que ver con el  proyecto educativo,  con la formación de los educadores, con la formación de los padres de familia, con las experiencias de las que enriquecemos las vidas de los alumnos; y cualquiera de estos grandes valores cuando se convierte en eje del proyecto educativo se convierte en concreto y luego se traduce en programas, actividades, en curriculums… Estamos hablando de una gran transformación de la escuela.”

¿De qué manera impulsan las Escuelas Pías esta reconstrucción del Pacto Educativo Global?

A mí me gusta recordar que quien inició el Pacto Educativo Global fue san José de Calasanz: él fue el impulsor de la educación pública para todos y especialmente para aquellos los más desfavorecidos y el que introdujo el concepto de una educación integral, capaz de transformar el mundo. Por eso nosotros los escolapios cuando el Papa invita a la reconstrucción del Pacto Educativo Global nos sentimos en casa, nos sentimos en nuestro proyecto, totalmente identificados y  por eso nos volcamos con este proyecto, y trabajamos en todas las instancias para llevarlo adelante. Lógicamente marcamos nuestros puntos principales; todo el tema de la centralidad del niño, la atención de los más desfavorecidos, la creación de una conciencia de ciudadanos globales pertenecientes a un mundo que tenemos que transformar y coloquemos todo lo que es una propuesta cristiana, entendemos que la fe cristiana si se entiende bien es un motor de cambio social, le damos nuestro tono carismático,  el perfil que Calasanz le dio a su escuela y nuestro profundo compromiso.  Creemos en la educación porque de alguna manera las Escuelas Pías es la primera Orden religiosa dedicada a la educación. Entonces creemos en el proyecto y nuestra principal contribución consistirá en hacer todo lo que podamos por llevarlo adelante.”

El Papa Francisco ha invocado a una arquitectura de la paz con la participación sin exclusiones de las diversas instituciones y personas de una sociedad, ¿cómo impulsar la incorporación activa de los distintos actores sociales con el fin de articular esta reconstrucción del Pacto Educativo Global?

“Que la educación sirva de verdad para la transformación de la sociedad es el objetivo de la educación, transformar a las personas para que éstas transformen al mundo,  y no lo podemos hacer solo los católicos, lo tenemos  que hacer toda la escuela católica,  pero lo tenemos que hacer con todas las personas que crean en lo mismo. Todo lo que nos une que son valores como justicia, libertad, ecología, solidaridad, atención a los más necesitados, todo eso lo pueden impulsar los cristianos,  los no cristianos, las instituciones  públicas, los políticos, las iglesias…  El Papa busca que seamos capaces de crear redes de colaboración en aquello que nos es común; obviamente  cada uno aportando lo suyo que le es propio. No renunciamos a nuestros valores y convicciones. Pero nos juntamos con muchas instituciones y personas para hacer un mundo mejor. La llamada es impresionante. Por otro lado tenemos que intentar llegar a todos. El proyecto educativo tiene que ser lo más integral posible. Y tiene que llegar a todas las dimensiones, a todas las áreas y a todos los espacios en los que están los niños y los jóvenes… La educación no formal es una alternativa educativa formidable. Evidentemente la educación formal es prioritaria, pero insuficiente. Necesitamos también que muchos elementos de tiempo libre de los alumnos sean atendidos por este proyecto para que lleguemos a ellos en todos los aspectos de su vida, incluyendo lo informal y las redes sociales. Obviamente  se halla muy estudiado cuál es el nivel de influencia en la vida de los alumnos de las redes sociales, es altísimo.  Influye mucho la familia, influyen mucho los amigos, influyen mucho las redes sociales, influye mucho desde luego la educación, pero a veces las redes sociales influyen de una manera más fuerte, incluso a veces no buena. Entonces necesitamos trabajar en esto, cuando hablamos del pacto, hablamos global, de todas las instancias que educan y todas las instancias educan o deseducan,  todas tienen que formar parte de este proyecto. Por eso no es un proyecto a corto, sino a largo plazo. Hay que ir trabajando poco a poco, sin prisa, pero con claridad.

La familia, la escuela, los amigos, los medios de comunicación, incluyendo desde luego las redes sociales; son varias las instancias que intervienen en la educación formal y no formal de niños y jóvenes, Padre. ¿Cuál es el peso de la familia en este proceso?

“Yo creo que hay que ser conscientes de que la familia es la instancia fundamental en el tema educativo. Ahora en este tema de pandemia lo estamos viendo, quiénes son los que ayudan a que los niños estén frente a la pantallita; están siendo educados por la maestra, la mamá y el papá que se esfuerzan en estar con los niños, en sostenerles; las familias tienen una grandísima importancia y por eso hablamos en el pacto de que las familias compartan el proyecto educativo y se comprometan en ese proyecto porque eso es bueno para los niños. Yo suelo decir siempre que hay que hacer lo que sea mejor para los niños. Y qué es lo mejor que el que las familias, la escuela, los educadores, todos estemos de acuerdo en lo que queremos ofrecer para que esos niños crezcan como queremos. Entonces el rol de la familia no es simplemente recibir información de la escuela, es comprometerse con el proyecto educativo de ésta y para eso hay que conocerlo, hay que  responder a las convocatorias, colaborar, hay que ofrecer las propias ideas para enriquecerlo… Precioso proyecto.”

No todos tienen claro a qué se refiere el término bien común, a final de cuentas implícito en esta reconstrucción del Pacto Educativo Global.

“El término bien común teóricamente es claro,  pero cuando se convierte  en concreto y en exigencia nos complica la vida. Es buscar aquello que es bueno para todos. Aunque a mí me complique un poco, aunque me suponga hacer ciertas renuncias, buscar el bien propio es una cosa; buscar el bien de todos es otra. Lo apasionante es convertir la búsqueda del bien común como el mejor camino para tu propia felicidad.  Las personas que han cambiado el mundo y que  han luchado por un mundo diferente han convertido la felicidad de todos en su propia felicidad. Ese es el concepto del bien común. Evidentemente luego hay que estudiarlo, articularlo, organizarlo, legislarlo, provocarlo, educarlo; pero la clave está en que comprendamos que si yo quiero estar contento con mi vida, ser feliz,  no puedo hacerlo a solas, porque no existo yo solo, y este es un  tema profundamente educativo; a veces se nos olvida.”

¿Qué impresiones y experiencias ha recogido entre los educadores y los retos que han debido sacar adelante durante este año que llevamos casi ya de pandemia?

“He visto muchas cosas buenas, por ejemplo, la creatividad, con la que los educadores se han desenvuelto en esta situación, una creatividad impresionante, la dedicación, el compromiso con el que han trabajado. También he visto las dificultades, por ejemplo lo que me comentaba un maestro joven que está comenzando y aún no ha visto físicamente a sus alumnos, porque los ha visto por la pantallita,  me contó una anécdota  de una de las niñas de las pantallita, quien le preguntó:  ‘Oiga maestro usted sabe cuánto mido yo -y el maestro se quedó así-, ‘pues no sé’,  le dijo, ‘pero tengo unas ganas de conocerte’ y los dos se emocionaron y se emocionaron todos y costó conseguir continuar con la clase. Es muy difícil educar sin la presencia física. Por eso admiro tanto el trabajo que se está haciendo. Creo que tenemos que asumir algo muy importante: nada volverá a ser como antes; nada.  Todo lo tecnológico aplicado a la educación ha llegado para quedarse, pero no para ser el centro, la educación ha de ser presencial, tenemos que abrazarnos, conocernos, pero nada va ser como antes. Hay quienes dicen que en cuanto antes pase la pandemia  y volvamos a ser lo de antes, mejor;  sinceramente este objetivo  me parece  muy corto placista y pobre. Yo no quiero vivir como vivíamos  antes, porque quería transformar lo que teníamos antes para hacerlo mejor. No podemos bajar  el nivel de aspiración de la educación y convertir lo que aspiramos  a ser  como estábamos antes, perdón no; yo antes aspiraba a algo mejor. Tampoco tenemos que transmitir a nuestros alumnos que la aspiración es volver a lo que teníamos, porque no la vamos a tener, sino a hacer cosas mucho mejor de como las hacíamos antes, ese es el desafío de las pospandemia para la educación. Que será  complejo, pero que a mí sinceramente me parece extraordinario.”

¿Qué significan para la Orden las obras de la Presencia en Veracruz?¿Cómo se relacionan con el Pacto Educativo Global?

“Tengo el placer de conocer todas las obras que llevamos en el puerto y hay que reconocer que la labor de los escolapios en el puerto de Veracruz es muy plural, porque tiene todo un centro de estudios como el Cristóbal Colón, con colegio y universidad; el Colegio Calasancio en Nuevo Veracruz,  la Escuela Calasanz, la parroquia, un centro social con servicios educativos… sacar la fotografía de la misión escolapia en Veracruz, es sacar la fotografía del pacto global: escuelas populares, escuelas completas,  universidad, parroquia, centro social,  y todas en relación con las mismas claves del proyecto educativo, con el el mismo objetivo común: formar alumnos que cuando se conviertan en exalumnos jóvenes y adultos, estén capacitados no solo para desarrollar su propio proyecto, sino para hacer un mundo mejor. Es una preciosa fotografia del objetivo del pacto global.”

Para finalizar la conversación recordamos a nuestro entrevistado una frase que le leímos en una entrevista anterior y que nos impresionó. En ella el Superior General de los Escolapios manifestaba: Ser escolapio es dar la vida para algo más grande que uno mismo”

“Me alegra que lo menciones porque es una de mis más íntimas convicciones. Calasanz fue un hombre que cuando nadie creía en la educación para todos,  impulsó la educación para todos, incluso engendró una vocación nueva  e inaudita: que un sacerdote trabajara en la escuela y lo hizo; era incomprensible y lo hizo. Impulsó el derecho universal a la educación universal todos los niños y jóvenes y hace cuatrocientos años. Esto es algo que reconocer con todo su valor. Pero lo que nos transmite Calasanz es que él entregó la vida por una causa mayor que sí mismo, que es la educación de todos y yo digo siempre, dar la vida por algo que es más grande que tú, es maravilloso. Y darlo por algo que es más pequeño, o que es como tú, no tiene mucho sentido. Todos  sabemos que cambiar el mundo y hacer un mundo diferente es algo que tardará mucho en llegar. Y posiblemente tú nos muramos sin ver el sueño cumplido de un mundo justo y fraterno, pero te digo algo:  llegar al final del camino y poder decir: ‘Di mi vida por trabajar por un mundo más justo y fraterno, aunque no lo he visto del todo’, es maravilloso. Esto es lo que hizo Calasanz y lo que necesitamos intentar todos y por eso el que trabaja en la educación en Veracruz, en cualquier área, en el aula, en el grupo de pastoral,  en el mantenimiento de la escuela, en la comunicación, en la limpieza, está dando su vida por un proyecto que es más grande que él.”

Mtro. Edmundo Gómez Martínez

Director de Comunicación Institucional e Imagen

Febrero de 2021

 

 

 

 

 


 

PrÓximos Eventos

más eventos